Sobre esa Mădălina de «fotoGráfica»

Sobre esa Mădălina de «fotoGráfica»

Sobre esa Mădălina de «fotoGráfica»

Siempre he expresado lo que siento, de una forma u otra, ya sea escribiendo, esculpiendo, fotografiando, hablando o… vendiendo. Así me enviaron mis padres a la vida: a no quejarme cuando me cuesta, a dar de lo que tengo y a admirar a los mejores, consciente de mi propia y verdadera valía. Más claramente, conocer mi propia mente y actuar con la cabeza alta, luchar por lo que merezco y alejarme de lo que me perturba indebidamente.
No voy a empezar una historia aburrida y estándar sobre mi gran afición a la fotografía, sobre cómo hice clic por primera vez en Corel o sobre mi equipo (no tengo intención de venderlo, ¡lo necesito!) y, desde luego, no voy a pretender ser asombrosa y con estrella en la frente, (te diré por qué en un momento…) sino que me dirigiré a ti, a la persona que resuena con mis imágenes y con mi estilo de plasmar la emoción, que puede sentirse identificada con mi forma de mirar y transponer el mundo.
A ustedes quiero decirles que me siento honrado y privilegiado cuando me confían sus emociones por unos momentos, para plasmarlas bellamente para las generaciones venideras. Vienes a mí con plena confianza y sé que tengo la obligación moral (por encima de todo) de estar presente e implicarme al 150% en tu historia.
Me uno a los que piensan en ayudar a los clientes a entender la importancia y la diferencia entre un clic y otro. Trabajar con un fotógrafo es, ante todo, que te guste lo que ves en su trabajo, que te sientas seguro en sus manos (aquí es donde ayuda un contrato con condiciones claras) y que te encuentres en su forma de sentir y representar el mundo. Lo mismo pienso de los que escriben, filman, pintan o cantan. Afortunadamente, los que nos aventuramos en este mundo tecno-artístico no pegamos a los clientes, porque no vendemos un producto de precio fijo junto a otro idéntico. Implícitamente, entramos en el terreno del gusto que no se puede debatir. Para decirlo más claramente, es como intentar establecer un paralelismo entre las ciruelas y los mangos sólo porque se clasifican como frutas.
Te invito a conocerme y tu única pregunta no debe ser sobre el precio, porque te perderás la sorpresa. La lista de servicios es mucho más amplia que la de «fotografía de bodas y bautizos» y …. NO, sólo trabajo gratis en muy pocas ocasiones y sólo cuando doy el resultado de mi trabajo a alguien muy cercano/querido o a alguna causa social. Es como ir a visitar a tu madre y ayudarla a comprar. Sería complicado conseguir la lista de todos los del bloque, ¿no? Vuelvo a las tarifas, porque me he dado cuenta (tristemente) de que ésta es la mayor curiosidad en lo que a mí respecta, y respondo que trabajo responsablemente, a los precios que se encuentran en el mercado local.
Sencillamente, no te voy a mandar un mensaje sobre cuánto cuesta ir a tu evento, por el simple hecho de que no sé lo que quieres. Es poco probable que quieras 10 fotos fijas, a x hora del día, con un par de zapatos (generalmente, los zapatos se quedan cómo y dónde los colocas).
¡Así que vamos a conocernos!

El amor,
Narcisa Mădălina Basarman
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MADALINA BASARMAN FOTOGRAFÍA SOCIAL EN LOGROÑO LARDERO LA RIOJA Y ESPAÑA
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